jueves, 31 de diciembre de 2015

"EL CONTRASTE DE LAS PERCEPCIONES Y LOS HECHOS"

El Cronista

Conforme se escurren los últimos días de un agitado 2015, en materia económica la neo oposición arremete con criticas sobre la marcha de los números con una batería de argumentos que resulta al menos hasta aquí, inconsistente con una critica sólida en términos conceptuales, pero efectiva a la hora de vender slogan y frases con gancho para las redes sociales.


Así el conjunto de argumentos que se esgrimen respecto de la evolución de los precios con independencia de lo sucedido en materia de política monetaria y fiscal en los últimos años, es tan sorprendente como la capacidad de aceptarlos por parte de quienes los toman como propios y los remarcan con la vehemencia de una creencia que a esta altura parece mas bien alejada de la evidencia que brindan los datos.


Sin dudas, aún faltan una gran cantidad de señales que nos permitan comprender cual será el sesgo que tendrá el actual gobierno en términos de su manera de comprender el proceso de redistribución de la riqueza, así como el rol del estado. La critica entonces tiene mucho mas de percepción y de manipulación que de datos concretos.

Resultan hilarantes ciertos comentarios sobre los precios por parte de quienes colocaron a la argentina al tope del ranking mundial de inflación por más de un lustro. Del mismo modo que contradictorio sobre los efectos de la devaluación, cuando en enero de 2014 se argumentaba que no tenia que pasar a los precios y hoy se dice lo contrario.

Cierto es que sin plan anti inflacionario el ajuste de tipo de cambio tiene alta probabilidad de ir a precios, pero para eso es necesario conocer cuáles serán los lineamientos de una política monetaria y fiscal que solo puede tener lugar si previamente se genera un marco de condiciones mínimas pero necesarias para poder operar sobre esos frentes.


Conocer la magnitud del déficit fiscal, es uno de esos pasos así como entender el destino de los fondos millonarios que subsidiaban la oferta y no la demanda (salvo el caso del gas en garrafa) en materia de servicios públicos, permitirá saber cual es la magnitud del ajuste sobre tarifas a la clase media alta necesario para poder sostener el cuadro tarifario para aquellos que lo realmente lo necesitan.


La defensa de la gestión pasada, que realizó Kicillof en la nutrida convocatoria de Parque Centenario, tuvo aspectos que como mínimo son inconsistentes con su formación académica de nota y sólo se entienden en el marco de un discurso político, en el cuál terminó justificando indirectamente la provisión de dólares baratos para la clase media alta a costa de los dólares para importar insumos necesarios para producir y generar empleo. En la misma tribuna, se realizaron valoraciones sobre medidas tomadas en el contexto de una crisis internacional que parece justificar aquello que resulta difícil de explicar.


La tan mentada crisis internacional como causante de la caída del volumen de nuestro comercio exterior, y unos de las excusas que justificaron el déficit (que termino haciendo mas liviana la carga sobre los mas pudientes) es una farsa que se cae con una lectura razonable de la información disponible.


Ese mundo que relatan en crisis solo se puede sostener en la tribuna pero no en los papeles. Mas allá del relato lo cierto es que en el segundo mandato de Cristina, el crecimiento acumulado de la economía fue 4,6%, cuando Uruguay, Perú, Colombia y Chiles crecieron entre 15% y 17%, Estados Unidos 9%, China 33%, Sudáfrica 7,6%, India 32,3%. Solo crecieron menos que nosotros, Brasil y la Unión Europea poco menos del 2%. Recordemos que entre 2008-2011 Argentina creció 28,4%, la crisis fue real y la UE sólo 0,6% y Estados Unidos 1,3%.


En materia de inflación para el período 2012-2015 sucede algo similar, mientras aquí tuvimos 191,6% en términos acumulado , los países que mas se nos acercaron fueron Rusia con 43,4%, Uruguay con 37,7%, Brasil con 30,4%, India 29,3% , Sudáfrica con 24,3%. Luego Chile, Perú y Colombia tuvieron menos de 14%, la UE (no sólo zona euro) con 9,1% , China con 8,6% y Estados Unidos con 4,6%.


La convalidación del aumento de precios que se da hoy en argentina no es otra cosa que el resultado de una pésima política monetaria por parte de Vanoli, en un país cuya población en la actualidad (lo que no ocurría en de 2003 a 2008) tiende a desprenderse de su propia moneda. No es la (inexistente) crisis internacional, ni el sinceramiento del dólar. Lo que vemos hoy es simplemente el rezago que tiene dicha emisión junto con comportamientos en la formación de precios que, vale decir, deben ser revisados por parte del estado, terminan por dar margen para los aumentos de precios que vemos por estos días, en un contexto donde la inflación no es una novedad sino una vieja costumbre.


Seria un desafío apasionante que la crítica se sustancie en datos y no relatos ya que en ese caso podríamos empezar a asistir a la discusión de ideas, en lugar a una lucha por ver quien es mas fanático o quien grita mas fuerte.

sábado, 12 de diciembre de 2015

"CUANDO EL FONDO ES LO QUE CUENTA Y LA FORMA UN DECORADO"

El Cronista

Han pasado solo dos días hábiles luego de la toma de posesión por parte del Presidente y hasta aquí se ha visto una gestión activa en términos de política así como de anuncios en materia económica.

La lista de decisiones concretas resulta mucho más extensa de lo que parece: ya se han anunciado la desactivación de las DJAI, la baja de las retenciones en diversos frentes, la apertura de la discusión hacia una nueva coparticipación, la necesidad de modificar el cuadro tarifario en materia energética, las negociaciones orientadas a conseguir financiamiento internacional para salir del cepo de forma no traumática, él no pago de ganancias sobre aguinaldos inferiores a $ 30 mil hasta la discusión sobre la validez de los contratos a futuro que regaló Vanoli por mencionar algunos de los puntos abordados.

La construcción de sentido que intenta implementar el presidente, lo muestra cómo un hombre que juega en equipo y acepta que sus ideas pueden ser mejoradas o aún reemplazadas por otras que resulten más efectivas frente a problemas que mutan e implican que lo mismo deben suceder con las soluciones que se aplican para resolverlos.

Con independencia del escaso tiempo y la abundancia de anuncios, aún restan resolver, al menos en términos generales pero determinantes a la hora de dar señales, cuestiones como el nivel del tipo de cambio con el cual se sentirá confortable el gobierno para el próximo trimestre, cuál será la tasa de interés de referencia y si habrá programa con metas de inflación o cuál será el formato elegido para combatir la inflación al tiempo que se resuelve el problema de los precios relativos tanto en términos domésticos como en relación a los bienes transables.

En ese sentido también resta por ver cuál será el paradigma que el presidente utilice para repartir los costos particulares que implica bajar la inflación y retomar el crecimiento. Hoy Argentina se encuentra frente a un dilema que es claro, por un lado tenemos un déficit fiscal equivalente al menos a 7% del PBI, y por el otro la presión fiscal es sumamente elevada al punto que hasta aquí lo que se anunció fueron bajas en los impuestos.

Esto supone que habrá que recortar el gasto si lo que se desea es evitar seguir financiando el déficit con emisión monetaria en su totalidad o en parte, dado que luego, eso termina presionando sobre los precios, es decir elevando la tasa de inflación.

Claramente la emisión en este caso es inflacionaria, sobre todo porque la demanda de dinero es baja, lo que en términos de la vida cotidiana significa que quien tiene pesos en el bolsillo se desprende de ellos lo más rápido posible. En la última oración radica uno de los principales desafíos del gobierno que será intentar reconstruir de confianza en la moneda local (aumentar la demanda de dinero), y eso es un proceso que se logra con señales claras y con el paso del tiempo.

Esto quiere decir que es casi un hecho que veremos un aumento pronunciado de la tasa de interés en los próximos días, lo cual junto con un ajuste del tipo de cambio, probablemente tenga impacto en el nivel de actividad. Si eso sucede será tiempo de ver cuales son los resortes políticos que maneja el presidente y de que forma lo hace ya que necesitará apoyo para sostener las medidas que permitan que nuestro país retome el sendero del crecimiento desde el segundo semestre de 2016.

Desafortunadamente otra cara de la misma moneda es lo que anteriormente mencionado sobre el gasto, en el sentido que si no se quiere monetizar el déficit, y no se pueden subir los impuestos, el mismo debe bajar, y la magnitud es tan enorme (me refiero al déficit) que lo relevante será ver qué dinámica tendrá el recorte y cuales serán los sectores que lleven la peor parte.

Cierto es que si el Estado recorta el gasto, devalúa la moneda y sube la tasa de interés, alguien va a estar peor de lo que está hoy, no reconocer esto sería un infantilismo. También es cierto que para estar en forma hay que arrancar alguna vez y que el progreso es el hijo del esfuerzo, que los subsidios se debería orientar a corregir las iniquidades que el mercado genera y no a beneficiar a los sectores mas acomodados de la sociedad.

Todo eso parece ser teóricamente correcto, pero en la vida real cuando se sacan subsidios y sube la luz o aumenta el colectivo, es una mala noticia. Será tiempo entonces de ver cual es el sector sobre el que recae la mayor parte del esfuerzo para corregir los desajustes que nos impiden crecer hace 4 años. Al momento de administrar intereses contrapuestos, la gestión de poder toma otro color, y tiene mas que ver con el barro que con la campaña. Allí donde el fondo es lo que cuenta, y la forma de comunicar es relevante pero de ninguna manera determinante.

Viene el tiempo donde veremos decisiones de trascedentes, ya sea porque se toman, o porque se define postergarlas, en cualquier caso la conclusión siempre es la misma: lo único inevitable son las consecuencias.