sábado, 31 de octubre de 2015

"EL MARGEN QUE TENDRÁ EL PRÓXIMO PRESIDENTE PARA CAMBIAR"


El Cronista
Sobre el final de la actual gestión, hay debate sobre qué es lo que puede venir en materia económica según quién sea el que resulte electo. Hay similitudes que, antes que llamativas, parecen razonables en términos de cambio pero también en cuanto a la continuidad de políticas que ya quedaron consolidadas y fuera del debate.
Se pueden construir diferentes relatos sobre lo que pasó, pero el pasado no se puede cambiar. Sus consecuencias tampoco.
Las políticas sociales como la Asignación Universal por Hijo, la vigencia del Fútbol para Todos, YPF en manos del estado y Aerolíneas gerenciada desde lo público serán parte de la continuidad.
La estructura tributaria no va a modificarse de manera sustancial pero sí algunos aspectos del impuesto a las ganancias, las retenciones sobre trigo y maíz así como economías regionales y las limitaciones cuantitativas a exportaciones, con las importaciones será mas lento.
Mas allá de eso no va a cambiar mucho, por un razón bastante simple, un país que tiene déficit fiscal, si además de entrada recorta impuestos, solo lo podía hacer en base a un ajuste de gastos aún mayor.
Es evidente que una reforma que promueva las inversiones y un aumento de la presión sobre aquellos que hoy no pagan nada como la economía en negro generarían a la postre un aumento global de la recaudación, pero eso funciona en el largo plazo y ningún político resigna recursos hoy por un aumento de recaudación en el futuro. Sino bien podrían haber bajado el IVA cuando subió de 18% al 21% o el impuesto al cheque que llegó por un año y se quedó para siempre.
Solo se van a modificar los impuestos que realmente impactan en la opinión pública como ganancias a los trabajadores y las retenciones antes mencionadas. El resto deberá esperar mejores épocas.
De este modo el margen de maniobra operará sobre el gasto, el cual presenta un nivel de déficit que requiere tomar decisiones tales que probablemente allí podamos ver algunos matices entre los candidatos, así como el sello que deja la gestión saliente.
La Presidenta tomó la decisión de sostener el actual nivel de subsidios para sostener el consumo, dado que hay al menos $ 150 mil millones que el Estado se encarga de pagar en términos de energía, agua y trasporte y que dejamos de pagar sobre todo los que vivimos en Capital y el Conurbano, eso es salario indirecto que alimenta el mercado doméstico. Si esos subsidios se cortan o se reducen habrá una merma en el consumo, al menos al comienzo.
Como dichos subsidios no son financiados con recursos genuinos, generaron una serie de distorsiones en los precios relativos internos que mantienen una inflación reprimida en las tarifas que resulta a todas luces evidente, cuando vemos que la boleta de la luz es mas barata que un par de entradas de cine. Pero no solo eso, sino que además el financiamiento de dichos subsidios tal y como está planteado, genera que lo que nos ahorramos en subsidios muy probablemente lo estemos devolviendo en inflación o en perdida de crecimiento potencial.
Si bien todos parecen encaminados a salir del esquema antes mencionado. Tal vez mas por necesidad que por convicción en algún caso, con mas o menos gradualismo según el plafón político que se tenga, esas cuentas van a impactar en nuestros bolsillos de un modo u otro.
El tipo de cambio es otro de los elementos que no podemos discutir hacia atrás, dado que lo que vale el dólar no es materia de interpretación sino un dato de la realidad, y su retraso respecto del resto los bienes de la economía tampoco es muy discutible. Un ajuste allí generaría una mejora en la recaudación de nación y provincias dado que la mejora de los precios percibidos en pesos por el sector exportador aumenta del mismo modo lo que pagan en impuestos.
El retraso del dólar ya no respecto del resto de los precios de la economía sino respecto de nuestros vecinos y clientes como, China, Brasil y la Unión Europea, también fue una decisión tendiente a evitar un recalentamiento de los precios así como el subsidio encubierto a los viajes al exterior que representa dicho retraso, donde es mas fácil conseguir dólares para ir de shopping a Miami que para importar insumos que necesitan las fabricas.
Estas son algunas de las características que veremos como cambian en los próximos seis meses, poco lugar habrá para las promesas. Será el tiempo de los hechos, y la realidad antes que nutrirse de retórica, se alimenta de acciones, las cuales solo tienen un aspecto que no puede ser evitado: las consecuencias.





miércoles, 28 de octubre de 2015

"LA PREGUNTA ES SI LO QUE UNE ES EL AMOR O EL ESPANTO"

El Cronista

A medida que las horas pasan y la sorpresa del domingo comienza a tomar forma de estrategia electoral a nivel nacional, así como  empiezan a pensarse los equipos de gobierno mas allá de lo que fueron los de campaña en la vasta y compleja provincia de Buenos Aires, algunas preguntas comienzan a surgir.

¿Será cambio o continuidad? Se supone que esa pregunta es la que estará en debate, sin embargo lo curioso es que los que proponen el “cambio”, basaron la última parte de su campaña haciendo hincapié en garantizar aspectos que hacen a la continuidad y los que se serían la “continuidad” enviaron sendas señales de cambio indiscutible.

Así, vimos como Macri popularizó su perfil, y nos dijo que seguirán vigentes políticas tales como la AUH, Aerolíneas, el futbol para todos o YPF, solo que bien gestionadas. Aquí el cambio tendría mas que ver con la forma que con el fondo. Lo cual por cierto no es poca cosa en tiempos donde la sobre actuación, el encono militante y el sectarismo ideológico fueron cabecera de playa de un modelo que nos prometió seriamos  Alemania y terminó regalando dólares baratos para ir a Miami, a costa de resignar recursos destinados a comprar  insumos para la producción, los que escasean producto de las  restricciones, en el marco de un cepo que primero se asentó sobre las formas para luego cambiar radicalmente el fondo.

Por su parte, el garante de la continuidad, Scioli, envió sus emisarios a sondear el escenario Buitre en New York, dejando que trascienda, mientras sus asesores explicaban la necesidad de revertir aspectos de la política ganadera y las retenciones a las economías regionales así como presentó un gabinete que no dejaba vestigios camporistas en su conformación. 

En el bunker de Macri sobran las sonrisas pero no lo amigos, el PRO es un partido chico que tiene aliados quienes  si el resultado del domingo hubiera sido adverso ya estarían negociando con el ganador. Ahora bien, el resultado del domingo le otorga al PRO la chance de ofrecer espacios de gestión concretos en la provincia de buenos aires y diferentes municipios, que hace una semana solo pertenecían a la dimensión de lo fantástico. Esto representa algo concreto en un contexto donde el ballottage no lo es.

En Criollo, el PRO esta en condiciones de ofrecer acuerdos políticos  con lugares contantes y sonantes lo cual es importante a la hora de contar con el volumen político necesario para encarar un desafío de orden nacional que de otro modo seria impensado.

El Sciolismo tiene allí mas experiencia pero no menos contradicciones, toda vez que la estructura del PJ aún parece dispuesta a acompañarlo pero enfrentan el desafío de mostrar algo diferente cuando todavía lucen mas bien con una foto del Bambino, el Coco y la mesa de los amigos de siempre.

En materia económica vale decir que el margen de maniobra de ambos estará dado por la confianza que puedan despertar en aquellos que de un modo u otro nos tienen que prestar los dólares que nuestra economía por sí sola no genera. Sucede que la confianza puede ser producto de la manifestación de los prestamistas e inversores que expresan su visto bueno en términos de la solvencia profesional y el compromiso político por parte de los dirigentes respecto de cierto curso de acción o también puede implicar la sencilla conveniencia de aquel que les promete mas en menos tiempo. Si este fuera el caso, el ciclo de sobre endeudamiento sin aumento de la productividad seria el camino inminente, sea quien sea el triunfador.

La pregunta es si el elemento aglutinante de aquí en mas será la esperanza concreta de la consolidación de las cosas que funcionaron bien en el pasado, y el cambio de aquello que solo nos alejo de nuestro potencial, o si el ballottage consolida la elección del menos malo (porque al mejor se supone que lo votamos en primera vuelta) y por lo tanto le tendremos menos paciencia. Si esto fuera así, la gobernabilidad será un atributo a observar al momento de elegir al próximo presidente.

Determinar cuáles son los desafíos que permitirían un camino de integración con el mundo desde una mirada independiente y nacional, tiene mas que ver con privilegiar el ahorro interno para luego convertirlo en inversión, antes que comprar electrodomésticos  en cuotas. Solo que eso, es menos agradable y un poco mas áspero que la promoción del mentado consumo interno… a como de lugar.

Al final de cuentas es como la dieta que se elige cuando se acerca el verano, bajar mucho de golpe para luego regresar al mismo lugar o bajar de a poco y con esfuerzo para que el cambio sea el mas eficiente y las mejoras del pasado se sostengan en el tiempo.