miércoles, 20 de mayo de 2015

Para El Cronista - Paritarias, números mas allá de las especulaciones



Paritarias, números mas allá de las especulaciones


El engañoso otoño se escurre y promediando mayo aun, según la tradicional fuente que provee SEL Consultores, especializados en la materia, aún no han comenzado el 50 % de las negociaciones paritarias. Toda una novedad.

Cierto es que los acuerdos suelen hacerse retroactivos a marzo o abril dependiendo la fecha que hayan vencido, pero las negociaciones parecen tensarse por factores de todo tipo. Los tambores de guerra no solo suenan en las centrales sindicales opositoras al Gobierno sino que los gremios alineados con el oficialismo sienten la presión de las bases que pujan por mejoras salariales en línea con la inflación de 2015.

La medida tomada en relación al impuesto a las ganancias representa un elemento positivo, pero su estrafalaria implementación generó que tres trabajadores con un mismo ingreso soporten una diferente carga tributaria de un mismo impuesto. Algo único en materia impositiva.

Por caso un trabajador casado con dos hijos que gane $ 25 mil en 2015 si ganaba menos de 15 mil en agosto de 2013, no paga un peso. Ahora bien, si en agosto de 2013 ganaba $ 15 mil cien, entonces abona (luego de la reducción) poco mas de $ 19 mil. Lo llamativo es que si el ingreso promedio mensual de $ 25 mil mensuales corresponde a un trabajador casado con dos hijos pero que desempeña su actividad de forma autónoma, estaría abonando poco mas de $ 55 mil al año. Es decir cero, 19 mil y más de $ 55 mil de carga impositiva para tres trabajadores que viven en el mismo país y hasta podrían tener el mismo trabajo solo que dependiendo de la condición preexistente y la categoría (relación de dependencia o autónomo). Una situación que es sumamente difícil de explicar en cualquier lugar.

A este marco se le debe sumar la evidente tensión política propia de una sucesión presidencial que tiene al sindicalismo peronista aun dividido pero como actor preponderante.

El proceso de negociación salarial tiene una serie de elementos que vale la pena repasar: la inflación acumulada en los últimos doce meses, la realidad del sector en términos de la rentabilidad y perfomance (hoy en día no es lo mismo discutir con los bancos que con las automotrices, por ejemplo).

Desde ya la expectativa de inflación es el elemento central.

Se considera también la posibilidad de recomponer algunos tramos salariales en las escalas más afectadas, y condiciones de trabajo que resultan en una mejora para los trabajadores y un costo para la empresa.

En este punto vale decir que las relaciones laborales no son neutras, sino que resultan determinantes para la vida económica del país, y es por eso que las discusiones son tripartitas. Es decir, la intervención del Ministerio de Trabajo homologando los acuerdos no es tan solo una formalidad, sino que expresa el acuerdo de las autoridades del Estado sobre un vínculo, como es el laboral, que es sumamente complejo y que abarca intereses diversos con impacto nacional.

Sería ingenuo pensar que un sindicato como Comercio que tiene más de un millón cien mil trabajadores, no resulta influyente en la marcha de la economía cuando cierra sus números año tras año, o los trabajadores de la UOM o de la Construcción. Lo mismo podemos pensar de Camioneros, cuya influencia en la logística y sus costos es, a su vez, parte del costo del resto de la cadena productiva del país.

Lo que podemos observar en los cuadros de 2013/14 y 2014/15, en síntesis, es que en la paritaria que abarcó 2013 y comienzos de 2014, si se considera el IPC Congreso, hubo una pérdida concreta del poder adquisitivo y esto fue lo que generó que se negociaran sumas fijas y compensaciones antes del vencimiento de la negociación.

En la paritaria que venció mayoritariamente en abril 2015 la cuenta permite observar un mejor despeño numérico para los trabajadores, siempre y cuando no hayan estado alcanzados por ganancias ya que de ese modo la mejora se licuó rápidamente.

El proceso que se encara por estos días, tiene los mencionados números como antecedente y es justamente por ello junto a una expectativa inflacionaria del orden del 25%, que aun cuesta llegar a un acuerdo, ya que al mirar hacia atrás, los dirigentes sindicales concluyen que hay que aprender la lección: en materia de precios nunca se sabe, y más vale prevenir que curar.

viernes, 8 de mayo de 2015

Para El Cronista - El salario mínimo, ganancias, billetes y la propuesta ‘cool’ del PRO


La discusión salarial entre los sindicatos, empresas y gobierno ha sido el factor común en el temario económico de las últimas semanas. En este sentido resulta clave la definición (o la falta de ella) por parte del gobierno respecto del impuesto a las ganancias, tanto en lo que hace al mínimo como a la vetusta escala.

Tal combinación llevó a los gremios a subir la presión política porque si el gobierno desea que los reclamos sean relativamente moderados, el sindicalismo oficialista deberá encontrar un respiro en la modificación del impuesto. De otro modo, la detracción sobre el salario será lo suficientemente fuerte como para requerir salarios aun mas altos que la inflación esperada.

A la hora de evaluar la presión tributaria sobre los trabajadores de ingreso medios y medios altos, se pueden realizar complicados cuadros o sencillamente acudir al Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) que ha sido testigo oculto de las distorsiones de la economía argentina en el último decenio.

En 2003 el SMVM era de $ 200 y el mínimo no imponible de ganancias llegaba a $ 2.063. Es decir, hacían falta 10,3 veces el SMVM para alcanzar el mínimo no imponible.

En 2008 el SMVM era de $ 980 y el mínimo no imponible alcanzaba los $ 5.554. Hacían falta 5,6 veces el salario mínimo vital y móvil para alcanzar el mínimo no imponible.

En 2015 el SMVM es de $ 4.716 y el mínimo no imponible es $ 15.000, es decir 3,2 veces el salario mínimo.
Hace 12 años hacían falta 10 salarios mínimos para alcanzar el mínimo no imponible de ganancias, en cambio hoy solo se requieren 3,2.

Si eso no es aumento de la presión sobre el salario, ¿qué es? Esta mirada también pone de manifiesto lo positivo en cuanto a la evolución del salario en la Argentina que, según la Presidenta, es el más alto de la región ya que equivale a 533 dólares superando al resto de los países vecinos (salvo Costa Rica cuyo salario es 538 dólares).
En este sentido vale decir que el SMVM también es testigo del retraso cambiario. De otro modo resulta difícil explicar salarios que crecen en dólares e importaciones que cayendo 11% en 2014 y desplomándose mas de 20% en 2015. Es decir, no parece fácil entender que la clase trabajadora tenga el mejor poder de compra en términos internacionales comparándonos con los demás países de la región al tiempo que nuestras importaciones son, justamente las que más caen en el vecindario del cono sur.

Otra discusión interesante que se puede seguir con la evolución del SMVM es la que tiene que ver con el valor de los billetes. Aquí vemos que hace rato se viene discutiendo sobre la necesidad de imprimir billetes de mayor valor, por ejemplo de $ 200 o $ 500.

Ya mencioné que en 2003 el SMVM era de $ 200, en este caso equivalente a 2 billetes de máxima denominación (dos de cien).

Hoy el Salario Mínimo es de $ 4.716, es decir que se necesitan 47 de los billetes de mayor denominación.
Si bien parecía haber consenso sobre la necesidad de imprimir billetes de mayor denominación, apareció una propuesta del diputado del PRO Federico Sturzenegger, economista de origen ciertamente académico, quien indicó en una entrevista a Radio Belgrano primero y luego en un articulo, la necesidad de suprimir el billete de cien.

Al leer el marco conceptual que brinda el legislador, resulta difícil estar en desacuerdo, pero no deja de ser llamativo como ciertos políticos viven despegados de la realidad. La propuesta de Sturzenegger es algo así como una iniciativa ‘cool’ palermitana que poco tiene que ver con la Argentina real, toda vez que indica la necesidad de profundizar alternativas electrónicas de pago y una bancarización de la economía en detrimento de la economía informal.

Justamente allí radica el riesgo de la propuesta ya que el diputado supone que el sujeto para sacar de la informalidad es el que evade 500 pesos y nada dice de las grandes evasiones que no tienen mayores problemas con la forma física del dinero, sea electrónico o en papel.

¿Habrá pensado el diputado como explicarle a un albañil del conurbano bonaerense que use su ‘celular como postnet virtual‘?

La informalidad de la economía debe combatirse, sin lugar a dudas, pero no se trata de que venga Apple con el modelo de dinero electrónico ya que ese es mas bien un punto de llegada antes que el de partida.
Al final de cuentas, lo cierto es que tanto la discusión sobre los billetes como la del impuesto a las ganancias son temas que más que dividir a los que pagan y a los que no, lo que habría que hacer es tratarlos donde se deben tratar, en el Congreso Nacional.

Claro que para eso debería existir voluntad política para hacerlo, y eso por ahora parece ausente.. como los billetes de $ 200.

martes, 5 de mayo de 2015

Para Basta de todo - Presentación "Ladrones"

Comparto la entrevista que me hicieron los Genios de "Basta de Todo" en Metro 95.1 Sobre mi nuevo libro "LADRONES"

http://basta.metro951.com/2015/03/24/matias-tombolini-en-escritores/