jueves, 22 de enero de 2015

Para El Cronista - El caso Nisman genera mayor desconfianza en los inversores



El caso Nisman genera mayor desconfianza en los inversores

La noticia de la muerte del Fiscal Nisman conmociona e invita a reflexionar.
Perjudica fuertemente al Gobierno con lo cual me parece apresurado e irresponsable endilgar responsabilidades antes de tiempo.
Con la muerte de Nisman nuevamente se intenta poner en marcha una industria que parecía olvidada en nuestro país: el miedo.
Su fallecimiento nos desnuda como una sociedad carente de respuestas ante los hechos relevantes que involucran factores concretos de poder.
La deuda por la falta de justicia con los atentados de la Embajada de Israel y de AMIA no es propia de un Gobierno puntual sino de la democracia en general y de la justicia en particular.
Carlos Saúl (protegido en el Senado Nacional), Cavallo, De la Rúa, Boudou y hasta el motochorro se nos ríen en la cara ante el claro mensaje que deja la muerte de Nisman: acá van presos los perejiles.
Es una oportunidad histórica para reflexionar qué tipo de país le queremos dejar a nuestros hijos.
Allí la Justicia debería tener un protagonismo y eficiencia que hasta aquí no ha demostrado. Y los otros dos poderes de la República deberían garantizar su independencia.
Lo cierto es que los análisis respecto del deceso del fiscal y quien o quienes pudieron estar implicados son diversos.
Algunos parecen responder a la búsqueda de verdad y otros lamentablemente a la conveniencia política de quien esgrime el análisis.
La responsabilidad penal del crimen es una cosa. La responsabilidad relativa a la crisis política e institucional derivada del fallecimiento del fiscal es otra.
El Gobierno debería ser el encargado fundamental de intentar trasmitir aquello que nos permita suponer que encontraremos las repuestas que nos merecemos como sociedad.
La oposición y los medios (que no son la misma cosas aunque a veces si lo son) tienen la responsabilidad de contribuir en el sentido de la búsqueda de verdad, mas allá de sus intereses particulares.
Hasta aquí se han visto muy pocas actitudes de grandeza en dirección al objetivo primordial que debería ser: la verdad.
Sería importante escuchar alguna evaluación despojada de ataques y eternas autoreferencias por parte de nuestra presidenta. La de todos. La que hizo cosas muy buenas y otras muy malas.
Un posteo en Facebook, la declaraciones del Jefe de Gabinete y aun la positiva apertura de los archivos de Ex Side, no parecen suficientes.
La hipótesis que maneja o dejaría ver el Gobierno es que la muerte de Nisman responde a una sórdida interna de los servicios de inteligencia que buscan perjudicar al poder ejecutivo y por tanto a todos nosotros.
Si eso fuera así, entonces estamos ante una excelente oportunidad para que Cristina convoque al conjunto de las fuerzas políticas a fin de generar una evaluación de consenso, una postura fuerte contra el "miedo" y en defensa de la "democracia".
No hacerlo y por el contrario fomentar el enfrentamiento desde uno y otro lado al tiempo que se guarda silencio salvo para postear en redes sociales deja, hasta aquí, un sabor amargo, un sabor a "nada".
Los interrogantes que se pueden plantear en función del contenido de lo que ahora conocemos sobre la denuncia del fiscal es una discusión que debería darse por separado.
Resulta llamativo no reparar en el hecho único y puntual de la muerte del fiscal que tenia una fuerte acusación contra un Gobierno y apareció muerto en su baño. Aún si esa acusación fuera endeble, el deceso tiñe de sangre un contexto que de por sí era sumamente complicado.
El actor Ricardo Darín , resumió esto en un párrafo repleto de sentido común: "si un fiscal de la Nación que lleva adelante una causa de tamaña envergadura no tiene garantías sobre su vida y aparece muerto la noche anterior a su presentación en el Congreso ¿Qué podemos esperar el resto de los ciudadanos? No se entiende".
Así las cosas si nos preguntamos cuáles pueden ser las consecuencias económicas de este tipo de hechos, podríamos intentar buscar la primera respuesta en la actitud oficial.
Qué clase de garantías le vamos a ofrecer a quien desee invertir en nuestro país, si desde el poder central nos dicen que el pueblo está a merced de lo que publica un grupo económico de medios o peor aún que esos intereses se conjugan con los de espías que operan en concordancia con estos.
Al momento de atraer las inversiones, si el mensaje es que el Estado esta amenazado por aquellos que están fuera de la ley y que son capaces de determinar el destino de nuestra Nación, y por lo tanto afectar los derechos de propiedad, el desafío será entonces mucho mas grande que el que conocíamos hasta ahora.

miércoles, 7 de enero de 2015

Para el Cronista - Deuda y políticas de Estado



El comienzo del año económico trajo como novedad la jugosa entrevista que brindó el ministro de Economía. Son diversos los análisis que se desprenden de sus declaraciones y vale la pena desmenuzarlas.

El dólar se fortalece en el mundo, y en un marco donde entre los países emergentes, en el último trimestre, nuestro tipo de cambio se retrasó fuertemente respecto de la mayoría de ellos como, Chile, Colombia, Uruguay y Brasil, la situación cambiaria se vuelve crucial.

En este sentido el ministro no descartó la posibilidad de modificar el tipo de cambio, toda vez que presentó una lectura clara sobre lo que sucede en la región y el mundo, respecto de la situación de precios relativos de donde deriva la principal fuente de divisas para nuestro país.
Desde ya que luego del impacto que tuvo la devaluación de enero de 2014, hoy un ajuste del tipo de cambio habría que hacerlo como una acción coordinada en el marco de medidas complementarias, buscando la menor traslación a precios posible.

Modificar el mínimo no imponible de impuesto a las ganancias o bien la tabla, tema central para la discusión paritaria del año en curso, sería una de las medidas, ya que con las actuales condiciones, los aumentos que los gremios deben pedir para lograr incrementos de bolsillo de sus afiliados, deberían ser muy elevados dado el impacto del impuesto sobre los salarios. Por parte de las empresas se debería buscar algún acuerdo de precios amplio que permita evitar que la inflación se acelere mas de la cuenta.

La caída del precio del petróleo en el mundo es, en este sentido, una muy buena noticia ya que podría amortiguar el impacto inflacionario de un ajuste cambiario si acuerda con las petroleras.

Al hablar del valor del dólar, uno de los elementos mas relevantes sin dudas, tiene que ver con la posibilidad de acceder a financiamiento internacional, sobre todo en un año donde operan vencimientos por mas de u$s 11.500 millones y si bien Argentina puede conseguir dólares en el mundo, lo cierto es que son pocos y caros.

El efecto concreto del estrafalario fallo de Griesa nos ha colocado en el Veraz del mundo, y esto el ministro lo sabe, al punto que por mas que defienda el intento de canje de finales de año pasado, los resultados indican que no colectamos ni el 10% de los fondos que salimos a buscar, con independencia del costo del financiamiento que resulta condición de segundo orden dado que la condición necesaria es que ese financiamiento exista y sea fluido.

Aquí es donde hicieron foco las entrevistas del ministro, dado que se centraron en la posibilidad que se abrió con la caída de la cláusula RUFO hace menos de una semana.
La idea de determinar un monto (Kicillof habló de u$s 6500 millones) a priori no parecería una buena estrategia dado que limita el margen de negociación antes de empezar. Pero eso quizá sea el efecto buscado.

Queda claro que si un ministro de economía, a pocas horas de vencer dicha cláusula, se toma el trabajo de dar entrevistas y se refiere a un tema, es sencillamente porque quiere comunicar algo. Y eso es lo que hizo. Él sabe perfectamente que si ofrece lo mismo solo encontrará una respuesta similar a la que encontró en el pasado. Habrá que ver si efectivamente una vez que se ingrese en los pormenores esto es literalmente así o con los detalles sobre la mesa, la propuesta cobra otro color.

En el marco de esta negociación resultará determinante ver como evoluciona la aplicación del fallo del juez neoyorquino, dado que existe la posibilidad concreta que termine por limitarse (como debería ser) solo a los bonos ley New York y no a los demás.

Otro de los aspectos que resultan sumamente importantes tiene que ver con los incentivos para negociar de cada una de las partes. En lo que hace a los buitres, parece claro que no tienen mucho apuro, y esto obedece a que mientras no cumplimos, corre a favor de estos un reloj que cual taxímetro carga suculentos intereses y punitorios a la cuenta. Así, la perspectiva de acordar con el gobierno siguiente determina un escenario donde los buitres perciben que en un año podrán sentarse a discutir con otras condiciones y partiendo de un monto muy superior.

Esto abre una ventana de oportunidad para trabajar en algo que hace mucho no se ve: políticas de estado. Es decir, si el gobierno pudiera convocar a un amplio debate en busca de consensos respecto de hasta donde se puede avanzar en la negociación con los buitres y el resto de los holdouts, esto permitiría colocar una cota a las aspiraciones de los especuladores y darle un marco a la negociación que hoy no tiene, dado que los buitres tendrían una limitación concreta de la que hoy carecen.

Claro que para lograr este consenso, cuyo lugar natural es el Congreso Nacional, serían necesarios tanto la voluntad de debatir sin imponer por parte del oficialismo como la vocación de plantear soluciones reales y no costosas por parte de la oposición, dos actitudes que hasta aquí se han visto muy poco.