lunes, 28 de abril de 2014

Para Infobae TV - "Seguimos sin poder controlar la inflación"

Comparto entrevista de ayer con Luis Novaresio
http://www.infobae.com/2014/04/28/1560425-seguimos-poder-controlar-la-inflacion

Para el Diario El Sol de Mendoza - Los niños y el dinero: una relación que debemos pensar



Por Matías Tombolini. Las cosas materiales como los juguetes, las zapatillas y la ropa, han pasado a ser objetos para acumular y hasta ostentar frente a los demás.


Cuando pensamos en la relación de los chicos con el dinero, debemos tratar de hacerlo sobre la base de un paradigma muy diferente de lo que sucedía hace algunas décadas. En nuestros días no hay empresa que no tenga una estrategia comercial exclusivamente pensada para los más pequeños: hay revistas especializadas, sitios web, canales de televisión con contenido exclusivo, ropa, artículos deportivos y más, mucho más. Esas empresas se suman a este nuevo mundo porque han caído en la cuenta de que es rentable avanzar con las estrategias que tienen como objetivo estimular el consumo de niños y adolescentes.

Más allá del juicio de valor que podamos tener sobre estas políticas comerciales, lo cierto es que están entre nosotros y, quizá, sean las responsables de que, hoy, una criatura de 9 años ya sea un consumidor maduro. Pensemos que, a esa edad, los chicos ya conocen sobre las cualidades y calidades de los productos. Saben cuánto cuestan, qué ventajas presentan unos sobre otros y cuál conviene comprar según el uso que les vayamos a dar.

Resulta muy difícil y hasta equivocado evitar escuchar su punto de vista antes de adquirir una tablet o un celular, así como una nueva computadora para la casa, lo mismo que una consola de juegos.

Si tenemos en cuenta la cantidad de estímulos que reciben los más pequeños en forma constante, le sumamos la sobreoferta de productos y servicios con los que se encuentran a menudo y le agregamos una generación de padres que solemos actuar dominados por la culpa y la inmediatez, tendremos el combo perfecto para entender el hiperconsumo en los niños y adolescentes.

Las cosas materiales como los juguetes, las zapatillas y la ropa, han pasado a ser objetos para acumular y hasta ostentar frente a los demás, antes que medios para satisfacer la necesidad de vestirse y el deseo de jugar. Desde mi punto de vista, eso es sumamente grave, porque estamos confundiendo el verdadero lugar o significado que deben tener las cosas para los chicos. Aquí es donde el dinero no debe ser visto como algo malo o espurio sino simplemente como un medio, fruto del trabajo, que sirve para adquirir otras cosas, no para ser acumulado per se.

Estos nuevos tiempos que estamos transitando requieren de conductas diferentes por parte de los adultos para que los niños puedan cambiar su concepto sobre el dinero. Se trata, entonces, de dotar de valor a las cosas, a partir de comprender que, en la economía como en la vida, uno de los principios más importantes es el de “hacernos cargo”: más que regalar algo para conseguir la sonrisa de nuestros hijos, lo que debemos hacer es, simplemente, recuperar el valor del tiempo con ellos, por ejemplo, apagar el celular y sentarnos a jugar con los chicos. Un cambio en nuestra forma de actuar permitirá que les den verdadero valor a sus cosas, ya que lo harán en función del fin para el que las cosas fueron creadas, antes que por el mero hecho de juntarlas en un placard.

Si entendemos el dinero, básicamente,como un medio de cambio, podemos pensar que no debería estar vedada esa relación para los chicos. Esto no quiere decir que haya que criar niños con calculadora en mano ni una generación de avaros materialistas, sino todo lo contrario. Desdramatizar esta relación les permite a los pequeños vincularse con el dinero desde un lugar diferente del de la culpa. Es, en cuanto al manejo del dinero, que podemos pensar una serie de actividades con ellos:

1) Cocinar en familia: la cocina, que es fundamentalmente un acto de amor, es también una actividad económica, ya que requiere plantear un objetivo: el menú, pensar un plan; anotar los ingredientes para ir a hacer las compras; realizar un presupuesto a base de los componentes de la receta; ir de compras y pagar; cocinar propiamente dicho; sentarnos a la mesa a comer lo que hemos preparado y ver si aquello que pensamos en nuestro objetivo, finalmente se ha cumplido. Claro que eso debe llevarse a cabo con la participación de todos, aun de los más pequeños, ya que de este modo podemos sentirnos parte del proceso tanto como del resultado y, sobre todo, hacernos cargo de lo que hemos hecho al sentarnos a la mesa y “degustar” el resultado.

2) Mesada infantil: aquí podemos pensar en pequeñas sumas de dinero para los chicos a partir de los 9 años, que es cuando tienen más noción de la temporalidad, a fin de que puedan administrar ese importe durante, por ejemplo, una semana. La clave radica en NO decirles para qué tienen que usar ese, que es SU dinero, tampoco debemos reponer el dinero si se lo gastan antes de tiempo.

3) Presupuesto escolar incentivando al ahorro: cuando los chicos tienen unos 11 o 12 años en adelante, podemos pensar juntos el presupuesto escolar de principio y mitad de año. La idea consiste en que, una vez recibida la lista de útiles para comprar, se estime su gasto total. Supongamos 500 pesos. Así podemos ofrecerles que reciclen cosas del año anterior, que intercambien o compren libros usados y donen los suyos, de modo que todo aquello que no sea necesario comprar, lo puedan ahorrar y así quedarse con la diferencia que surja de los 500 pesos presupuestados y lo gastado.

4) Gastos de celular: si bien, hoy en día, lo chicos comienzan con el celular desde temprana edad, la realidad es que el uso intensivo para comunicarse con otros es a partir de los 11 a 13 años. Aquí, mi sugerencia es agregar una suma fija a la mesada, para cubrir el gasto de celular, y si el consumo excede dicho monto, es del remanente de su mesada que debe salir el dinero para cubrir dicho gasto.

Finalmente, si entendemos el dinero como un medio y no como un fin en sí mismo, entonces podremos concentrarnos en aquello que realmente vale la pena, es decir, ver la felicidad de nuestros hijos al sentir el viento sobre su cara mientras se hamacan en la plaza. Al final de cuentas, al menos por ahora, el viento, la hamaca y la plaza son gratis, ¿verdad?

miércoles, 16 de abril de 2014

Para diario El Sol de Mendoza - "Estrategias para un consumo inteligente"

Por Matías Tombolini. Salir de compras es una actividad casi pesada. Cada día es más difícil llenar el changuito del supermercado y pagar cualquier tipo de cuotas.


Por: Matías Tombolini | Economista y periodista matiasrtombolini@gmail.com

Devaluación, emisión monetaria, tasas de interés, balance fiscal, deuda externa. Los términos económicos, día tras día, nos abruman y aburren con definiciones ininteligibles y debates que olvidan lo más importante. Los consumidores.

Aunque algunos lo nieguen y otros lo exacerben, el único término que sufrimos todos los días es inflación. Es decir, la suba generalizada del nivel de precios.

Más allá de las diferentes causas y malignos responsables, lo que sucede es concreto: cada día es más difícil llenar el changuito del súper y pagar la cuota del colegio o el club. Salir de compras se terminó convirtiendo en un actividad casi del pasado.

Frente a todo esto, es hora de hacer algo, nos tenemos que poner las pilas y buscar cómo tratar de ahorrar aun en un contexto como el actual.

Cuando hablamos de ahorro es importante hacer una diferencia, una cosa es el que proviene de postergar el consumo hoy para hacerlo mañana, y otra es lo que pudiste juntar luego de mucho esfuerzo.

En ese sentido, podemos pensar diferentes estrategias para cada caso.

Si tenés dólares ahorrados, la mejor opción en el actual contexto parece ser dejar eso como está hasta que se termine de tranquilizar el mercado y veamos un poco más claro qué puede suceder en el futuro.

Con unos pesos guardados, las opciones son múltiples y requiere que seas lo más activo posible para que te rinda más tu dinero. Si vas a hacer un plazo fijo, el desafío es ir a pelear la tasa de interés que te paga tu banco, comparar con lo que ofrece la competencia y decidir la mejor opción.

Aquí, lo mejor es hacerlo a 30 días e ir renovando el mismo en cada vencimiento; eso sí, agendate el vencimiento, porque el banco no te llama para recordártelo y te pasan el saldo directamente a tu cuenta corriente o caja de ahorros, que no te da nada de interés.

Otra opción es comprar bonos nacionales o provinciales (los que son dólar linked, que significa que están atados al valor del dólar). Dentro de los bonos nacionales, los más conocidos son el Boden 2015 o el Bonar X, ambos rinden en dólares.

Lo más interesante es que podés invertir desde 5 o 10 mil pesos y te paga el rendimiento en dólares.

Por otro lado, está esa suma que se puede ir separando por mes con regularidad; ahí, la cosa es diferente. Ahora se pueden adquirir dólares en función de tu ingreso, pero también podés buscar alternativas como, por ejemplo, adelantar ciertos consumos.

Es decir, si estás pensando hacer un viaje, tal vez comprar con mucha anticipación en cuotas podría ser muy rendidor, ya que al pagar hoy el pasaje para viajar en, por ejemplo, diez meses, estás fijando el valor del dólar al momento de tu compra y así te cubrís ante posibles subidas.

Lo mismo pasa con las compras en el súper; todo lo que puedas comprar por adelantado y que tengan un vencimiento lejano en el tiempo, te permite ganarle a la suba de precios.

¿Qué cosas no tenés que hacer?

1) Ahorrar en tu caja de ahorro en pesos no da ningún interés y el dinero allí sólo se desvaloriza día tras día.

2) Pagar el mínimo de la tarjeta de crédito y dejar el saldo para pagar el mes siguiente. Cuando hacés, eso te cobran desde 80% anual (costo financiero total) de interés. Si no llegás con la tarjeta, mirá el resumen: el mismo banco te ofrece financiar el saldo en cuotas con un interés más bajo que si lo dejás pendiente para pagar el mes que viene.

3) Comprar sin pensar. En tiempos de inflación, gana quien planifica sus compras y se informa antes de ir al súper. Aprovechar ofertas y días de descuento permite ahorrar una diferencia significativa cuando hacés la cuenta anual.

También podés usar los productos del acuerdo de Precios Cuidados. Eso sí, en general, esos artículos no entran en las promociones que realizan las diferentes cadenas de hipermercados.

Y recordá siempre que la idea no es que te conviertas en un especialista en finanzas ni que dejés de gastar, sino que puedas ser lo más feliz posible con los recursos que tenés.

lunes, 7 de abril de 2014

Para diario El Sol de Mendoza - "Cuando es más importante el viaje que el destino"

Por Matías Tombolini La realidad económica es como el empate de Riquelme en el súperclásico: recobramos la calma, pero si no hacemos las cosas necesarias, podemos terminar con las manos vacías.





Por: Matías Tombolini - Especial para El Sol Online



Comenzar una nueva etapa siempre plantea un apasionante desafío. Para mí, el hecho de sumarme como columnista representa la oportunidad de establecer un contacto semanal con los lectores, desde un lugar particular.


Será un espacio donde el foco estará puesto en diversos ejes vinculados tanto con la realidad cotidiana, como con los grandes temas que carecen de una temporalidad estricta.


Entiendo este vínculo como un proceso en el que debemos aportar tanto quien escribe como quien lee. No está en mis planes situarme encima de la realidad para dar cátedras inútiles, sino, más bien, exponer mi mirada curiosa para intentar proponer nuevas preguntas antes que pretender encontrar viejas respuestas.


La invitación será a pensar, el desafío más importante será mantener los pies en la tierra, y la devolución más relevante será la crítica de quien lee.


El planteo de las cosas concretas tendrá su lugar determinado; no tiene sentido opinar sobre el rumbo de la economía a nivel nacional y olvidarnos de cómo podemos hacerle frente a la inflación con consejos prácticos. De este modo, en ocasiones vamos a abordar problemáticas como el ajuste económico del 2014 y, en otras, cuestiones tales como el camino del “consumidor inteligente y las estrategias para lograrlo”.

Por estos días hemos finalizado el primer trimestre, y en este punto se puede decir que fue un trimestre muy movido en materia económica. Arrancamos a comienzos de enero con regulaciones para la compra de osos de peluche en los sitios web chinos y terminamos aquel mes con la mayor devaluación de la década.

Poco a poco, el Gobierno nacional transita el camino de una ortodoxia tardía, comenzada en agosto del 2013, que se resume en una lista cada vez más extensa de medidas “tradicionales” por no decir ortodoxas clásicas. Esto es: aumento de la tasa de interés (el crédito es más caro), caída de la expansión de la base monetaria (imprimen billetes más despacio), deshielo del cepo para pequeños ahorristas, pago de juicios en el marco del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI), arreglo con Repsol por YPF, acercamiento al Club de París, índice de precios más creíble, disminución de la retórica antimercado, desplazamiento de Guillermo Moreno de la Secretaría de Comercio Interior, búsqueda de retorno a los mercados de crédito internacional, aumento de tarifas de trasporte en Capital Federal y, lo último, ajuste fiscal hecho y derecho vía recorte (fuerte pero muy razonable por cierto) de subsidios, sobre todo en el área metropolitana de Buenos Aires.

Otro ajuste fiscal indirecto se descubre al ver cómo las jubilaciones se actualizan debajo de la inflación real, mientras que la Asignación Universal por Hijo pierde poder de compra día tras día. Hasta

aquí resulta llamativo cómo el tema de la política de ingresos no termina de hacer pie entre los anuncios oficiales de este año.

Vale decir que el plan Progresar sí representó un paso concreto en materia de políticas sociales pero fue lo único relevante. El Impuesto a las Ganancias no sufriría modificaciones en el corto plazo y se pretenden ajustes salariales por debajo de la inflación real, es decir, caída del poder de compra. De este modo, lo más potente para cuidar el bolsillo sería el programa Precios Cuidados, que, por el momento, tiene más publicidad que resultados. El resumen es el de siempre: las ganancias se administraron, mientras que las pérdidas se socializan.

Si tuviéramos que pensar el momento actual de nuestra economía, podríamos recordar el empate de Riquelme en el clásico River-Boca de hace unos días, es decir, recobramos la calma, pero si no hacemos las cosas necesarias, podemos terminar con las manos vacías.


El aporte que cada uno de nosotros formule desde su mirada particular será esencial a la hora de definir el país que viene en los próximos años. Somos un país con recursos naturales impensables en otros lugares de la tierra, con el yacimiento de Vaca Muerta tendremos que hacer el esfuerzo de construir con los enormes recursos que allí se encuentran, porque si de recursos se trata, podemos ser Noruega pero también podemos ser Nigeria: ambos tienen petróleo, y el camino que eligieron fue bien diferente. La cuestión pasa por tratar de mirar un poco más allá de la próxima elección y poner los ojos en la siguiente generación.

Cierro este primer contacto en el convencimiento pleno de que nada es absoluto en esta vida, que las posiciones irreductibles son las más necias y menos amigas del progreso, que la economía es una ciencia (¿lo es?) que nada tiene que ver con modelos lejanos a la gente, que los economistas somos expertos en explicar los fracasos del ayer antes que en construir los éxitos del futuro, que hay que darnos poca atención y que la mejor forma de hacer economía es viviendo la vida con sentido común sin ansiedades innecesarias, amando con pasión aquello que hacemos cada día, sabiendo que, a medida que aparecen las primeras canas, vamos entendiendo que es mucho más importante el camino que el punto de llegada.

Ese camino es el que te invito a recorrer de aquí en adelante.

viernes, 4 de abril de 2014

Para El Cronista Comercial - "El desfiladero argentino"

Los anuncios recientes en materia de tarifas se sumaron a una lista cada vez mas larga de medidas ‘tradicionales’ por no decir ortodoxas que tienen consecuencias negativas y claras en el nivel de actividad. En este sentido CAME confirma que las ventas se cayeron 5,9% en el primer trimestre del año, por no mencionar las otras mensuras sobre la evolución de la economía como el EMI en materia industrial o el índice de confianza del consumidor.







En los mercados internacionales, Argentina es uno de los países en la mira que podría ponerse de moda en los próximos meses. Ellos no esperan que se produzcan las noticias, intentan anticipar las mismas. Con precios prácticamente de remate que tienen un valor potencial muchísimo más alto como el caso de algunos bancos o la mismísima YPF, nuestro país representa una oportunidad para considerar seriamente.

De cara a la transición, el grueso de los dirigentes con aspiraciones presidenciales se apuró a pasar por el Counsil of the Americas aunque falte más de un año y medio para las elecciones.

Las gestiones para cerrar el frente externo más complicado que tiene la Argentina son múltiples y apuntan a resolver el caso de los fondos buitre. Lejos quedaron las declaraciones grandilocuentes y las lecciones al resto del mundo, más bien parece que se intenta buscar la forma indicada que permita una rápida vuelta a los mercados internacionales para el segundo semestre.

Transitamos sobre un desfiladero tan peculiar como nuestro país. Por un lado vemos un precipicio sobre el que podríamos caer, de la mano de algún fallo adverso con los holdouts antes del 31 de diciembre de 2014, o si fracasaran las negociaciones con el Club de París y se empantanase nuestra chance de volver a tomar créditos que permitan afrontar los vencimientos de deuda por venir. Una tormenta que podría ser huracanada si la falta de acceso al crédito disparase la demanda de dólares e hiciera desaparecer la oferta, lo cual recrearía un clima de corrida cambiaria muy complicado para todos. Del otro lado, los esfuerzos de este giro hacia cierta ortodoxia tardía, junto con promesas de buen comportamiento por parte de los principales candidatos, permitirían resolver los conflictos pendientes y salir al mundo en busca del crédito que no hemos tomado en la última década durante la cual nos desendeudamos con el mundo y nos endeudamos con nosotros mismos.

En este marco, nos guste o no, hay correcciones que tienen su justificación en el más básico sentido común, y es aquí donde lo que ocurrió en materia de tarifas parece escribir su principal historia. En el área metropolitana habían vastas zonas donde era más barato tomar un café con leche con medialunas que la factura de agua o de gas bimestral. Con la electricidad la cuestión no sería tan simple ya que el pésimo servicio que brindan las distribuidoras otorga menos margen de tolerancia por parte de la población ante los ajustes.

Resulta llamativo cómo el tema que no termina de hacer pie entre los anuncios oficiales es el del ingreso. Vale decir que el plan Progresar sí represento un paso concreto en materia de políticas sociales pero fue lo único relevante.

En el último semestre se otorgó un aumento a jubilados que corresponde por ley y que contempla parámetros de 2013, cuando la realidad indica que el impulso más importante que tomaron los precios fue en diciembre de aquel año y sobre todo el primer trimestre de este. En materia de Asignación Universal por Hijo, hay más amagues que noticias, el impuesto a las Ganancias no sufriría modificaciones en el corto plazo, y se pretenden ajustes salariales por debajo de la inflación real, es decir caída del poder de compra. Hasta aquí lo más potente para cuidar el bolsillo serían los precios cuidados, que por el momento tiene más publicidad que resultados. El resumen es el de siempre: las ganancias se administraron, mientras que las perdidas se socializan.