lunes, 28 de noviembre de 2011

Para Clarín - Sociedad

¿Cómo ves el nivel de consumo de los chicos de hoy?
El nivel de consumo de los chicos hoy es muy elevado en los estratos sociales medio y medio alto y alto, siendo escaso en los niveles mas bajos.
Lo cierto es que en los niveles bajos esta diferencia en la capacidad de acceder al consumo sienta las bases de un sentimiento de carencia que se pone de relieve con más crudeza que antes ya que desde temprana edad los niños/as ven como sus pares acceden a niveles de consumo que a ellos/as les es esquivo. 
Si miramos las clases medias, medias altas y altas se observa que los chicos desde los 2 años han pasado de ser sujetos pasivos de las políticas comerciales de las empresas a constituir un mercado en si mismo. El avance de cierto marketing infantil se tornó posible fundamentalmente a partir del aumento geométrico de la oferta de contenidos televisivos y digitales así como también de medios gráficos. 
Esto ocurrió en paralelo con un aumento en la cantidad y variedad de productos que se ofrecen desde en lugares tradicionales como las jugueterías hasta nuevos ámbitos como los restaurantes, recordemos lo que dice una vieja ley de la economía: la oferta crea su propia demanda. Esta no fue la excepción. 
Los niños en la actualidad sólo responden al conjunto de estímulos al que se ven sometidos y toda vez que no disponen de medios materiales para satisfacer sus nuevas “necesidades”, su demanda de productos se da en dos planos, primero quieren la cosa en sí y luego demandan a su entorno familiar para que se los provea. 
¿Por qué son tan exigentes y demandantes?
La exigencia de los chicos se basa en una sensación de carencia que se genera a partir de dos niveles. El primero es el que surge desde las empresas que pujan por vender mas y que tienen estrategias publicitarias cada vez mas sofisticadas, generando necesidades allí donde hace años no existían. El segundo tiene que ver con el tipo de rol que jugamos los padres. Y aquí es donde sucede que muy a menudo se da cierta mercantilización del vinculo, supliendo el tiempo de atención que los padres deben dedicar a la relación con sus hijos/as a cambio de todo tipo de regalos que generan un determinado patrón de intercambio familiar en donde los chicos reclaman cosas como forma de pedir atención y los padres le dan cosas como manera de suplir el tiempo y cubrir la culpa. 
 
¿Por qué los padres ceden o incluso propician semejante nivel de consumo?
Justamente porque es mas fácil poner la relación en clave de te doy o te quito, de caro y barato que de presencia concreta. 
Alli donde los chicos comparten tiempo con sus padres y donde se recompone el vinculo entre el juguete y el juego, es donde merma el reclamos de las cosas y aparece lugar para el reclamos de afecto. 
Hay cierto sentido fetichista en la híper abundancia donde los niños/as no saben ni lo que tienen, porque no le asignan valor ya que el valor esta dado en recibir la cosa y que los padres la entreguen y no en para que sirve ese juguete y como juego con él.
Es decir, termina siendo más cómodo y menos comprometido regalar un chiche nuevo que sentarnos a jugar a las muñecas y recrear un espacio con nuestros hijos. Espacio que muchas veces ocupa la tele. 
 
¿Por qué los chicos consumen tan rápido cosas de adultos?
Esto es simplemente el resultado una estrategia. Es decir, antes empezábamos a vincularnos con cierto tipo de consumo en la adolescencia, y desde allí madurábamos como consumidores. Hoy con chicos que tienen acceso a juguetes altamente sofisticados a los 3 años, es razonable pensar que a los 9 años son consumidores maduros que buscan acceder al bienes que antes solo consumían los adultos. De hecho es habitual que veamos como los chicos de esa edad conocen características de los productos que nosotros desconocemos por completo. 
 
¿Consejos para cambiar?
 
Desde mi punto de vista lo mejor que podemos hacer es recrear el vinculo con nuestros hijos a partir de jugar con los chicos/as y prestarles atención sólo a ellos durante un periodo de tiempo determinado. 
Es decir, dejar lejos celulares, apagar la tele y sentarnos en su cuarto a jugar a los autitos, las muñecas o cualquier cosas. No hace falta estar 2 horas, simplemente con estar 15 minutos prestándoles TODA nuestra atención, podemos ayudar a reconfigurar el sentido de los bienes, que deben ser entendidos como un medio y no como un fin en si mismo, al menos a esa edad. 
Al final de cuentas se trata de ayudar a que nuestros hijos aprendan que los juguetes sirven para jugar y no para acumular. Sino vamos a terminar teniendo chicos que son dueños de una juguetería domestica que solo sirve para pedir el próximo juguete de moda, antes que criaturas que disfrutan de las cosas usándolas que para eso es que se supone que han sido concebidas, o no?

Link a la nota en Clarín "Los 5 "errores" más comunes que cometen los padres" por Mariana Iglesias.
http://www.clarin.com/sociedad/errores-comunes-cometen-padres-hoy_0_598740170.html

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